Me dijeron que parase. Que frenase. Que descansase.
Apreté el acelerador y los deje atrás.
Me dijeron que me relajase. Que pensase las cosas.
Cerré los ojos y me lancé al vacío.
Me dijeron que no lo hiciera.
Lo hice.
Me dijeron que me arrepentiría.
Me arrepentí.
Intente huir de lo que me preocupaba. Intente dejarlo todo atrás.
Al final, no es que me acabasen atrapando. Es que me cansé de correr. De acelerar. De no mirar. De no pensar. De no sentir. Me cansé de ser yo.
Y ahora, que dejé de correr vivo rodeada. De dudas. De miedos. De dolor.
La inseguridad me está destruyendo.
Nos acabará por destruir a todos.
Las preguntas son las que nos duelen.
Las respuestas las que nos matan. Quisiera poder dejar de preguntar.
O que la gente aprendiese a responderme...